"En todas las ocasiones, ha habido quienes nos han dicho que temiéramos el futuro, que podíamos frenar el cambio, prometiendo restaurar la gloria pasada si controlábamos a algún grupo o idea que amenazaba a Estados Unidos. Y cada vez, superamos esos miedos".
Si se le pregunta a Lucy Kiama por los refugiados o las víctimas de la violencia sexual en Kenia, enseguida ofrece una gran cantidad de información y un contexto útil. Su acento es encantador, casi musical, pero sus palabras son serias y llenas de determinación. "Lo que me atrajo de HIAS fue su interés por ayudar a los más vulnerables", dice Kiama. "Ser desplazados forzosos de sus países no significa que sus vidas se hayan detenido".
Cuando Bintou* acudió a HIAS en busca de asistencia jurídica, estaba preocupada por su futuro. Mientras estaba en Estados Unidos estudiando empresariales, estalló la guerra en Mali, su país de origen. Temía que no fuera seguro para ella volver allí, pero no estaba segura de qué podía hacer al respecto.
Cuarenta y cuatro niños refugiados, todos ellos recibiendo terapia del personal formado de HIAS, disfrutaron de un día de ocio en Kampala, Uganda. "Es una oportunidad para que los niños se sientan acogidos, queridos y aceptados en este mundo. Es una oportunidad para reavivar su esperanza", dijo Timothy Mukua, gestor del programa psicosocial de HIAS Uganda.
Cuarenta y cuatro niños refugiados, todos ellos recibiendo terapia del personal formado de HIAS, disfrutaron de un día de ocio en Kampala, Uganda. "Es una oportunidad para que los niños se sientan acogidos, queridos y aceptados en este mundo. Es una oportunidad para reavivar su esperanza", dijo Timothy Mukua, gestor del programa psicosocial de HIAS Uganda.
Un barbero. Un sastre. Un carpintero. Niños de primaria y preescolar. Son solo algunos de los refugiados sirios que el Presidente de HIAS, Mark Hetfield, conoció en una reciente visita a Toledo, Ohio.
Un barbero. Un sastre. Un carpintero. Niños de primaria y preescolar. Son solo algunos de los refugiados sirios que el Presidente de HIAS, Mark Hetfield, conoció en una reciente visita a Toledo, Ohio.
Un barbero. Un sastre. Un carpintero. Niños de primaria y preescolar. Son solo algunos de los refugiados sirios que el Presidente de HIAS, Mark Hetfield, conoció en una reciente visita a Toledo, Ohio.
Zachary Raney volvió a casa de los servicios de Rosh Hashaná en la Congregación Reformista Judea de Durham, Carolina del Norte, con una luz en los ojos. Su rabino, Larry Bach, había dado un sermón sobre la crisis de los refugiados en Siria y cómo miles de niños se estaban viendo afectados. Como judíos, dijo el rabino Bach, tenemos la obligación de ayudar.
En Ohio, a pesar de la postura contraria a los refugiados del gobernador John Kasich, el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, emitió un comunicado en el que afirmaba que "la ciudad de Cleveland siempre ha abierto los brazos a los refugiados, independientemente de su procedencia." El Ayuntamiento de Cleveland también se pronunció al respecto, aprobando una resolución de emergencia "para reiterar que todos los refugiados, independientemente de su fe o país de origen, son bienvenidos en la ciudad de Cleveland."
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