Nuevas directrices jurídicas ACNUR Un paso adelante para los refugiados LGBTIQ+

Por Rachel Levitan

Las históricas victorias electorales de este año en Maryland, Maine y Washington a favor del matrimonio homosexual son emblemáticas de los espectaculares avances que ha dado Estados Unidos en el reconocimiento de los derechos sociales y jurídicos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI). Paralelamente a este progreso interno, el gobierno estadounidense ha apoyado públicamente los derechos de las minorías sexuales a escala internacional. En diciembre, la Casa Blanca hizo público un memorando presidencial en el que se ordenaba a todas las agencias implicadas en el extranjero que "garanticen que la diplomacia y la ayuda exterior de Estados Unidos promueven y protegen los derechos humanos de las personas LGBT". Ese mismo mes, la Secretaria de Estado Hillary Clinton pronunció un discurso histórico sobre la igualdad LGBT, declarando que "los derechos de los homosexuales son derechos humanos, y los derechos humanos son derechos de los homosexuales". En septiembre, el subsecretario adjunto principal David Robinson, de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado, pronunció un discurso sobre la protección de los refugiados LGBTIQ+ en un simposio de HIAS en Ginebra.

A pesar de estos avances, en unos 76 países de todo el mundo las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo están penalizadas. En cinco de ellos se aplica la pena de muerte, y en muchos más se estigmatiza gravemente la no conformidad de género. En estos países, las minorías sexuales suelen ser rechazadas por la familia y la comunidad y sufren discriminación cuando buscan trabajo, vivienda, educación y atención médica. Muchas son objeto de violencia sexual y física y apenas reciben protección policial. La mayoría vive en el armario y muchos se ven obligados a huir de sus hogares.

HIAS ha pasado el último año investigando los problemas de seguridad a los que se enfrentan los refugiados de minorías sexuales. Fernanda, una de las mujeres trans colombianas que entrevistamos en Ecuador, nos dijo que "vino [a Ecuador] porque había panfletos en la calle que decían que iban a matar a los gays". Sin embargo, huir no garantiza la protección. Muchos refugiados pertenecientes a minorías sexuales nos contaron que siguen enfrentándose a la violencia y a la estigmatización en sus países de acogida. Zachary, un refugiado gay de 22 años que ahora vive en Ghana, describió su frustración al ocultar su identidad en Accra. Muchos ghaneses, explicó, "no son personas que me acepten por lo que soy... Vivir en esta ciudad es casi como estar ocultando mis sentimientos y mi comportamiento, que no quiero ocultar durante mucho tiempo".

La violencia basada en la identidad y la discriminación que sufren los refugiados de minorías sexuales obliga a muchos a esconderse. La mayoría tienen demasiado miedo para revelar su identidad a sus propias comunidades y no ven las ventajas de identificarse ante las agencias de ayuda a los refugiados. Pocos saben que pueden presentar una solicitud de asilo por motivos de orientación sexual o identidad de género. Los que sí lo hacen suelen enfrentarse a funcionarios de asilo que se basan en estereotipos para determinar si son verosímilmente homosexuales, transexuales o bisexuales. A algunos solicitantes se les pide que demuestren su orientación sexual en respuesta a preguntas voyeuristas sobre su vida sexual; a otros se les presume heterosexuales por haber estado casados, tener hijos o ajustarse de otro modo a los estereotipos de género.

En los últimos años, ACNUR ha tomado medidas enérgicas para aumentar la protección de los refugiados pertenecientes a minorías sexuales, entre ellas la publicación de orientaciones jurídicas y herramientas prácticas para el personal sobre el terreno de ACNUR . Además, Volker Turk, Director de la División de Protección Internacional, pronunció en septiembre un discurso histórico sobre los refugiados LGBTIQ+ en un simposio de HIAS en Ginebra.

A raíz de estos acontecimientos, en octubre, ACNUR publicó nuevas directrices jurídicas en las que se esbozan las consideraciones a tener en cuenta en la evaluación de las solicitudes de asilo presentadas por personas LGBTIQ+. HIAS felicita a ACNUR por la publicación de estas directrices tan pertinentes y necesarias, que proporcionan una valiosa orientación a los gobiernos, los profesionales del derecho, los responsables de la toma de decisiones y el poder judicial, así como al personal de ACNUR , a la hora de examinar las solicitudes de asilo de solicitantes de asilo LGBTIQ+.

HIAS confía en que estas directrices no se queden en las estanterías de los responsables de la toma de decisiones, sino que sean utilizadas por jueces y funcionarios de asilo de todo el mundo a la hora de tomar medidas para evaluar de forma respetuosa y adecuada las solicitudes de asilo basadas en la orientación sexual y la identidad de género. HIAS también anima a ACNUR y a las autoridades de asilo a formar y reciclar al personal (con la aportación directa de los defensores LGBTIQ+) y a evaluar el impacto de estas valiosas directrices.

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