PREGUNTAS Y RESPUESTAS: Evaluación de las consecuencias para la salud mental de la guerra en Ucrania
Por HIAS.org
14 de diciembre de 2023
La guerra a gran escala en Ucrania ha tenido un efecto devastador en la población del país: Según estimaciones recientes, el número total de muertos y heridos entre las tropas se aproxima a los 500.000. Pero estas cifras de víctimas no miden el enorme impacto psicológico que la guerra ha tenido en la población ucraniana, incluso en aquellos que han escapado al daño físico.
Para comprender mejor el impacto de la guerra en la salud mental, HIAS y Girls, una organización que apoya a mujeres y niñas en Ucrania, colaboraron en una evaluación de las necesidades psicosociales y de salud mental en todo el país, realizada entre julio y agosto de 2023. El informe - 18 meses después: Una evaluación de las necesidades psicosociales y de salud mental en Ucrania-reevalúa el impacto de este conflicto en el bienestar mental y las necesidades psicológicas de la población en la actualidad para ayudar a subsanar las deficiencias de los servicios y proporcionar un apoyo que sea pertinente y útil.
A continuación, Alessandra Sacchetti, asesora técnica regional de HIAS para servicios de salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS), analiza las conclusiones del informe y sus implicaciones para la población de Ucrania:
¿Qué impulsó a HIAS a realizar este informe?
Mientras trabajaba en diferentes proyectos, el equipo de SMAPS se dio cuenta de que no había información actualizada sobre las necesidades de salud mental de los ucranianos. Desde que la guerra se aceleró en 2022, el contexto ha cambiado drásticamente, y nuestro equipo tenía curiosidad por saber cómo se sentía la gente y cómo afrontaba el estrés, así como cómo proporcionaba y recibía apoyo en 2023. Descubrimos que la mayoría de las evaluaciones e investigaciones se centraban en los desplazados internos, dejando fuera a las comunidades de acogida o a las personas que no habían huido de las zonas afectadas por el conflicto, e identificamos una laguna de conocimiento sobre los retos a los que se enfrentaban los adolescentes y los cuidadores. Entonces tuvimos claro que necesitábamos una nueva evaluación.
¿Cuáles fueron los principales resultados?
Las personas ucranianas se enfrentan ahora a nuevos retos de salud mental. Hoy la mayoría describen su estado como "puesto en pausa", con ansiedad, fatiga y problemas de sueño evidentes en más de la mitad de la población. Descubrimos que dos tercios de las personas tienen un bienestar pobre y por debajo de la media y que el 26% muestra signos de depresión.
Un número abrumador de niños y adolescentes padecen estrés. Los adolescentes se enfrentan a retos adicionales relacionados con la socialización y las decisiones que les cambian la vida, como mudarse a otro país para estudiar o alistarse en el ejército. Este grupo de edad mostró la tasa más alta de comportamiento impulsivo y agresivo, aislamiento social y pensamientos suicidas. En general, cuidar de un niño o un adolescente se hizo más complicado durante la guerra. Los cuidadores explicaron lo difícil que es apoyar a los niños mientras ellos mismos están estresados, y lo difícil que es para los padres de niños pequeños acceder a los servicios de salud mental si no tienen también acceso a una guardería.
Existen muchas barreras para acceder a los servicios de salud mental, y sigue habiendo un estigma en torno a recibir ayuda profesional. Los ucranianos tienden a pensar que pueden arreglárselas solos, y no entienden que la ayuda llega de diversas formas. Por desgracia, los servicios siguen siendo limitados tanto geográficamente como en términos de audiencia: Casi no hay proveedores de servicios en las zonas rurales, no hay servicios adaptados a los adolescentes y faltan servicios dirigidos a los hombres.
¿Le ha sorprendido algo de los resultados?
Los esfuerzos de concienciación, aunque llegan a la población general, se han quedado cortos, en parte debido al estigma, especialmente agudo entre los hombres. Casi la mitad de los encuestados tiene un pariente cercano en el ejército, pero no hay programas que aborden las necesidades y preocupaciones especiales de las familias de militares y veteranos (y de los propios militares y veteranos).
A pesar de todos los esfuerzos de la comunidad humanitaria por garantizar la cobertura y el acceso a servicios de salud mental, muchos ucranianos no los conocen ni saben dónde encontrarlos.
¿Qué más hay que hacer para afrontar los retos que describe?
Como comunidad humanitaria, debemos seguir educando a la gente sobre la salud mental y el estrés, pero a un nivel más avanzado. Es necesario compartir historias de éxito, sobre todo de hombres, y dar a conocer las distintas formas que pueden adoptar los servicios de salud mental.
También deberíamos ampliar los servicios a los pueblos, posiblemente en forma de equipos móviles, y adaptar los servicios a los distintos grupos. Deberíamos mejorar el proceso de derivación y centrarnos en integrar la salud mental en la sanidad, los medios de subsistencia, la vivienda y otros ámbitos.