Aumenta la presión sobre Biden para que anule el Título 42

En las últimas semanas ha habido buenas noticias sobre la supuesta crisis en la frontera entre Estados Unidos y México. El gobierno de Biden ha tomado medidas importantes para permitir la entrada de solicitantes de asilo en Estados Unidos y liberar a los niños no acompañados que intentan cruzar la frontera y acaban bajo custodia del gobierno. Sin embargo, a pesar de este progreso, la administración no ha revertido una política draconiana de la era Trump que está impulsando gran parte del problema fronterizo.

El uso de esta política, denominada Título 42, está recibiendo cada vez más atención y críticas.

"Título 42" es parte de una ley de salud pública aprobada en 1944. El año pasado, la administración Trump afirmó que esa ley otorgaba al gobierno la capacidad de cerrar la frontera a los viajes "no esenciales" para detener la propagación del COVID-19. En la práctica, eso ha significado expulsar a decenas de miles de personas que intentaban entrar en el país para solicitar asilo, como es su derecho legal. Mientras tanto, los expertos en salud han afirmado que prohibir la entrada a los solicitantes de asilo no contribuye a detener la pandemia. 

En el año transcurrido desde la promulgación del Título 42, HIAS y otras organizaciones humanitarias han exigido que se revierta esta política, especialmente tras la toma de posesión del Presidente Biden. Ahora, un coro más amplio de voces -incluidos científicos, diplomáticos, médicos, abogados y políticos junto a grupos de refugiados- exige a la nueva administración que tome medidas.

La cobertura reciente de los medios de comunicación ha señalado los efectos mortales del Título 42. Como los solicitantes de asilo saben que serán rechazados en la frontera, muchos intentan peligrosas travesías ilegales para ponerse a salvo, a menudo repetidamente.

El Proyecto Marshall, un sitio de noticias sobre justicia penal, escribió recientemente sobre los efectos de esos cruces repetidos. Su conclusión: El Título 42 está provocando que los inmigrantes intenten cruzar más veces en situaciones más peligrosas, lo que provoca más muertes. Incluso los funcionarios de fronteras han reconocido que el Título 42 contribuyó al aumento de cruces fronterizos a principios de este año. Los Angeles Times descubrió que la política también ha alimentado un auge de los secuestros, la extorsión y otros delitos dirigidos a los migrantes.

No es de extrañar, pues, que cada vez sean más los que piden el fin del Título 42. A principios de esta semana, dos médicos que trabajan para el Departamento de Seguridad Nacional, responsable de la seguridad fronteriza y la inmigración, escribieron una carta al Congreso pidiendo a la administración que revirtiera esta política.

"Los principales científicos y epidemiólogos expertos de los CDC no encontraron ninguna base legítima (...) para aplicar el Título 42 ni siquiera en el momento de su puesta en marcha, al principio de la pandemia", escribieron los doctores Scott Allen y Pamela McPherson, que trabajan en la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles del departamento. "Hay incluso menos justificación de salud pública ahora, cuando, más de un año después, los solicitantes de asilo que llegan podrían ser fácilmente examinados y sometidos a pruebas y, actualmente, los mayores de 16 años vacunados de forma que se proteja la salud pública".

Fillippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, también emitió un comunicado instando a la revocación del Título 42, señalando las "graves consecuencias humanitarias de la política en el norte de México".

Por ahora, lamentablemente, la administración Biden parece decidida a mantener la frontera cerrada. Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, confirmó el miércoles que el Título 42 seguirá en vigor hasta que la administración considere que la amenaza para la salud pública ha terminado.