María Sánchez: "Quiero hacer sonreír a la gente"
Por Beverly Goldberg
HIAS.org
29 de noviembre de 2023
Cuando María Sánchez era niña, recuerda las historias que le contaban sus padres sobre su huida de Colombia, donde escaparon de un violento conflicto armado entre grupos paramilitares y fuerzas guerrilleras.
Los padres de Sánchez nacieron en la costa del Pacífico, en El Chocó, provincia colombiana de playas rocosas, cascadas y selva tropical virgen. También es uno de los lugares más afectados por el conflicto armado del país, en el que muchos civiles inocentes fueron víctimas de la violencia.
Para huir de la guerra, los padres de María decidieron viajar al norte, a Panamá. Allí se establecieron en el Darién, donde su padre abrió un negocio agrícola y empezó a hacer planes para su futuro.
"Cuando mis padres llegaron a Panamá como refugiados, tuvieron que tomar una ruta similar a la que la gente está tomando hoy a través de la selva - no tenían otra opción", dijo Sánchez. "Veo el reflejo de mis padres en la gente a la que estoy apoyando aquí en el Darién. Me hace pensar en todo lo que tuvieron que pasar".
Hoy, Sánchez trabaja con HIAS Panamá como oficial de protección en el Darién. Pasa sus días de trabajo viajando desde los Centros de Recepción de Migrantes hasta la aldea de Bajo Chiquito, donde llega la gente después de salir de la selva. Allí ofrece orientación y apoyo a mujeres en situación de riesgo, personas sobrevivientes de violencia basada en género y otras personas vulnerables.
"Lo mejor de trabajar aquí con HIAS es poder hacer que la gente sonría y se sienta mejor, en medio de tanta confusión y dolor. Eso es lo que me hace seguir adelante cada día".
"Trabajo con el equipo jurídico para proporcionar a las personas que corren riesgo de violencia basada en género con asesoramiento sobre cómo pueden conocer y protegerse de los peligros de la ruta migratoria, que son muchos", explica Sánchez. Los consejos que les da les ayudan a evitar peligros como la trata de seres humanos y la violencia sexual.
Pocas personas conocen el contexto local del Darién como Sánchez. Nació cerca del pueblo de Metetí y vive allí desde entonces. Empezó a trabajar como voluntaria muy joven, al principio en instituciones gubernamentales como socorrista de primeros auxilios.
Después fue voluntaria en la Cruz Roja, y fue entonces cuando supo que quería trabajar en el sector humanitario. "Quería hacer algo que me gustara y, al mismo tiempo, mantener a mi familia. Así es como empecé a trabajar para HIAS", dijo Sánchez.
Trabajar en Tapón del Darién para ayudar a refugiados y migrantes vulnerables no está exento de dificultades. Las condiciones climáticas extremas y la falta de servicios esenciales pueden ser muy difíciles. Sin embargo, Sánchez se siente motivado cada día para devolver algo.
"Lo mejor de trabajar aquí con HIAS es poder hacer que la gente sonría y se sienta mejor, en medio de tanta confusión y dolor. Eso es lo que me hace seguir adelante cada día", afirma.