Los refugiados colombianos y los efectos de la violencia en América Latina
Por Kyle Kissick, becario de HIAS
11 de julio de 2013
HIAS Latinoamérica ayuda a los refugiados que han huido de la guerra civil de Colombia, que dura ya décadas, y de la prolongada violencia interna. Desde el comienzo de la guerra, más de cuatro millones de colombianos han sido desplazados dentro del país y hasta 750.000 han huido del país como refugiados. Las oficinas de HIAS en Ecuador, Panamá y Venezuela proporcionan servicios psicológicos y terapéuticos cruciales a los refugiados colombianos que, de otro modo, no tendrían acceso a este tipo de servicios.
Tuve el privilegio de aprender mucho más sobre los afectados por la violencia al asistir a un acto titulado Debate sobre las mujeres, la guerra y la consolidación de la paz en Colombia, patrocinado por el Instituto Estadounidense de la Paz (USIP). El acto comenzó con la proyección de La guerra que vivimos, que forma parte de la serie "Mujeres, guerra y paz" producida para PBS. La película documenta la lucha de dos activistas afrocolombianas por proteger el derecho de su comunidad a seguir explotando las minas de las montañas del departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia. Como consecuencia de su activismo, Clemencia Carabali y Francia Márquez recibieron numerosas amenazas contra sus familias y contra ellas mismas por parte del grupo paramilitar conocido como Águilas Negras, La Nueva Generación. La película puso de relieve el hecho de que, aunque la guerra civil haya terminado oficialmente y el ex presidente Álvaro Uribe haya desmovilizado con éxito a muchos grupos paramilitares, la violencia continúa hoy en día, especialmente para muchas personas que viven en el campo.
Un grupo de distinguidos oradores puso de relieve la singular situación de las mujeres y debatió por qué sus necesidades deben tenerse más en cuenta. Virginia Bouvier, del USIP, habló de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, que pide la inclusión de una perspectiva de género en la repatriación y el reasentamiento, la rehabilitación, la reintegración y la reconstrucción posconflicto. Habló del marco normativo que la comunidad internacional está desarrollando para la inclusión de las mujeres en las conversaciones de paz, señalando la escasa participación de las mujeres a cualquier nivel hasta la fecha. También señaló que la inclusión de una perspectiva de género en las próximas negociaciones con las FARC es fundamental para abordar la violencia sexual y doméstica generalizada en Colombia.
Lorena Morales Vidal, de la Asociación Colectivo Mujeres al Derecho, habló del trabajo de la organización en defensa de los derechos de propiedad de las mujeres colombianas. Explicó que, para muchas mujeres, conocer sus derechos de propiedad es fundamental para evitar ser despojadas de su único medio de subsistencia. Aunque el gobierno colombiano ha concedido ocasionalmente propiedades a grupos colectivos de mujeres, muchas no han podido defenderlas de la violencia y las artimañas legales utilizadas para arrebatárselas. La Asociación Colectivo Mujeres al Derecho también trabaja a escala internacional para abordar la falta de representación de los intereses de las mujeres en la sociedad civil y la vida política colombianas.
Si bien es cierto que el conflicto armado en Colombia, especialmente en las zonas urbanas, ha disminuido significativamente en los últimos años, este suceso puso de relieve la realidad de que para muchos la guerra sigue viva. La vida sigue siendo extremadamente difícil para los colombianos desplazados o que han huido a países vecinos. La continua implicación de HIAS en Latinoamérica es más relevante que nunca, y es una parte de los esfuerzos internacionales en curso para apoyar a los colombianos mientras empiezan a curar las heridas dejadas por décadas de violencia.