Celebrar la libertad y actuar en Pésaj
Por Isaac S. Flegel-Mishlove, Becario de Política de Refugiados
31 de marzo de 2015
Con más de 16 millones de refugiados en todo el mundo -51 millones si incluimos a los desplazados internos- y la escalada de las crisis internacionales, la Pascua de este año será un momento para celebrar la libertad, sí, pero también un momento para la reflexión seria, el debate crítico y las manifestaciones de solidaridad. Este año, como cada Pascua, debemos recordar nuestra historia y comprometernos de nuevo a proteger a quienes huyen hoy de la persecución.
Al sentarnos en torno a la mesa del Séder, revivimos nuestra experiencia como pueblo refugiado que huía de Egipto en busca de tierras más seguras. A pesar de una plaga tras otra, el Faraón de Egipto endureció su corazón contra los hebreos. Esto recuerda a las penurias que sufren los refugiados hoy en día: pérdida de seres queridos, pérdida del trabajo y pérdida del hogar. Del mismo modo, las falsas promesas del Faraón nos recuerdan el imposible y frustrante proceso de reasentamiento actual, la vorágine de expiración de documentos y la dilación burocrática.
"Amar al extranjero" y "Redimir al cautivo" son dos importantes valores judíos. Pero son mucho más que eso. Están en nuestros huesos y en nuestra historia. Es una historia que debemos seguir transmitiendo, de generación en generación, Dor l'Dor.
Con tus hijos, tu familia y tus amigos reunidos, fomenta el activismo con el midrash de Najshón. En esta historia, quizá el capítulo más desgarrador del Éxodo de los israelitas, los refugiados liderados por Moisés llegaron al borde del Mar Rojo perseguidos de cerca por sus opresores egipcios. Aterrorizados por el obstáculo que se les presentaba, muchos suplicaron a Moisés que los condujera de vuelta a la esclavitud en lugar de arriesgar sus vidas cruzando el mar. Mientras las tribus rezaban por un milagro, un alma valiente, Najshón, decidió arriesgarlo todo para escapar de la persecución, literalmente "dar el paso".
Entró en el agua, vadeando cada vez más hondo, el agua le cubría la cintura, luego los hombros y finalmente la boca; el agua se arremolinaba sobre su cabeza y toda esperanza parecía perdida, cuando Di-s dijo a Moisés: "¡Vuélvete y mira lo que ha hecho Najshón! Mientras tú rezas, ¡él ha actuado!". Fue entonces cuando Moisés levantó su cayado y Di-s partió el mar.
Las acciones de Najshon tienen un doble significado para nosotros. En primer lugar, representan el valor y la fuerza de los refugiados de todo el mundo que hoy atraviesan las circunstancias más aterradoras y desesperadas para escapar de la persecución. En segundo lugar, el ejemplo de Najshon nos obliga a actuar.
Una buena manera de iniciar este activismo es compartir esta lectura de la rabina Jennie Rosenn, vicepresidenta de compromiso comunitario de HIAS, con tus invitados al Séder. Mientras recuerdas la persecución que sufrieron nuestros antepasados en Egipto y su huida hacia la libertad, tómate tiempo para reflexionar con tus seres queridos sobre los 16 millones de refugiados que hay hoy en el mundo. ¿Qué puedes hacer para ayudarles?