Una reflexión sobre la Pascua judía

[[{"fid":"950","view_mode":"default","fields":{"format":"default","field_file_image_alt_text[und][0][value]":"Passover Reflection by Rabbi Jennie Rosen","field_file_image_title_text[und][0][value]":"Passover Reflection by Rabbi Jennie Rosen"},"type":"media","attributes":{"alt":"Passover Reflection by Rabbi Jennie Rosen","title":"Passover Reflection by Rabbi Jennie Rosen","style":"height: 223px; width: 175px; border-width: 0px; border-style: solid; margin-left: 10px; margin-right: 10px; float: right;","class":"media-element file-default"}}]]On Passover, we recall our historic flight from slavery to freedom. Reflecting on our Jewish experience and values we recommit to protecting those who flee persecution today.

HIAS se complace en ofrecer esta lectura, escrita por la rabina Jennie Rosen, nuestra Vicepresidenta de Compromiso Comunitario, que puede descargar, imprimir y leer en su Seder antes de la narración de la historia del Éxodo.

 

 


Ha'laila ha'zeh.

En el corazón de la Pascua está nuestra experiencia como refugiados: nuestra persecución a manos de los egipcios y nuestra huida final hacia la libertad. Pero la Pascua es también una fiesta para los niños. Recitamos las cuatro preguntas, elucidamos los cuatro tipos de niños y, por supuesto, nos dedicamos a contar elaboradas historias, todo ello en un esfuerzo por atraer a la generación más joven. 

Sin embargo, cuando pensamos en el propio Éxodo de Egipto, siempre hay muchos adultos presentes. Pero imaginemos que los niños hubieran salido solos de Egipto. ¿Cómo habría sido si los padres hubieran enviado llorosos a sus hijos a un viaje en solitario en un esfuerzo por salvar la vida de sus vástagos mientras ellos se quedaban atrás?

El verano pasado, decenas de miles de niños protagonizaron un dramático éxodo, huyendo de niveles inimaginables de violencia en sus países de origen, Honduras, Guatemala y El Salvador. Estos niños viajaron, en su mayoría no acompañados, cientos de kilómetros para escapar de un peligro fatal. Vagaron por el desierto y llegaron solos a nuestro país en busca de refugio.

En esta Pascua, mientras volvemos a contar la historia de nuestro propio Éxodo de la esclavitud y nos imaginamos como uno de los hombres, mujeres y niños judíos que huyeron y viajaron juntos, comprometámonos a aprender más sobre los niños centroamericanos que han llegado este año a nuestra tierra.

Asegurémonos de que reciben un trato justo y de que su petición de un puerto seguro es escuchada. Creemos comunidades acogedoras en las que estos niños puedan vivir con seguridad y en las que adultos cariñosos puedan volver a formar parte de sus vidas.

Este año, mientras celebramos la liberación de nuestro propio pueblo, que nos volvamos a dedicar a los refugiados más vulnerables de hoy para que pronto todos seamos libres.

Ha'laila ha'zeh. En esta noche recordamos lo que significa ser un refugiado.

 

Buscar en HIAS