Garantizar el debido proceso a los jóvenes que se juegan la vida

Por Zhanna Veyts, HIAS.org

Garantizar el debido proceso a los jóvenes que se juegan la vida

Escondido bajo su gorra de béisbol, mirando al suelo, "Alfonso", de 16 años, apenas hablaba entre dientes mientras respondía a las preguntas de un abogado de HIAS. Parecía el típico adolescente que se ve por las calles de Nueva York, alguien de quien nunca te darías cuenta de que no habla inglés o de que procede de otro país.

Pero Alfonso había llegado de una aldea rural de Honduras sólo unas semanas antes. Antes de irse de casa, su padre, alcohólico, solía pegarles a él, a sus hermanas y a su madre y desaparecía durante días. Debido a la disfunción de su padre, Alfonso tenía que trabajar a jornada completa y ayudar a mantener a su familia. Rara vez iba a la escuela.

La casa de la familia de Alfonso estaba en el corazón del territorio de las bandas, y Alfonso se convirtió en el blanco de constantes amenazas, robos e intentos de reclutamiento. Denunciar a las bandas a la policía puede poner a alguien en un peligro aún mayor -la policía suele cooperar con las bandas, lo que puede acarrear represalias-, pero Alfonso y su madre estaban tan desesperados por poner fin al acoso que presentaron una denuncia policial.

Pocos días después, Alfonso fue atacado por un grupo de pandilleros. Pudo huir, pero le apuñalaron mientras huía. La hermana de Alfonso le curó la herida. En cuanto pudo, esa misma semana, cogió un autobús hacia el norte.  

Como muchos de los niños solicitantes de asilo que han aparecido en los titulares este año, la violencia de las bandas fue lo que impulsó a Alfonso a huir. Decidió venir a Estados Unidos, donde podría reunirse con un primo. A su llegada fue detenido por funcionarios de inmigración. Al cabo de tres semanas fue puesto en libertad bajo la custodia de su primo.

Alfonso está ahora a la espera de una vista judicial que determinará su futuro. Por suerte, no se enfrentará solo a los tribunales.

El reclutamiento forzoso por las bandas y la omnipresente violencia mortal en Honduras, Guatemala y El Salvador han provocado una oleada sin precedentes de niños migrantes que buscan un refugio seguro. En el último año, más de 135.000 niños han huido a EE.UU. Algunos viajaron solos o con su madre u otro tutor adulto, mientras que otros han realizado este peligroso viaje a manos de contrabandistas.

La mayoría de estos menores no acompañados deberían tener derecho a asilo u otro tipo de ayuda, pero según la legislación estadounidense no tienen derecho a abogados de oficio. Muchos se ven obligados a navegar solos por el complejo sistema de inmigración y a representarse a sí mismos ante los tribunales, y muchos son encarcelados mientras lo hacen.

Como única organización judía nacional con experiencia en representación en materia de asilo y asistencia para el reasentamiento de refugiados, HIAS ha asumido un papel de liderazgo en la respuesta a esta emergencia humanitaria.

HIAS está prestando servicios jurídicos especializados de forma gratuita, con el objetivo de ayudar a estos niños y a sus padres o tutores a permanecer legalmente en los EE.UU. Para hacer frente a una drástica escasez de asesores jurídicos cualificados, HIAS formará y tutelará a abogados para que representen a estos niños de forma gratuita. También estamos liderando una coalición de voces judías que abogan en Washington por políticas que garanticen el debido proceso y proporcionen financiación gubernamental para servicios legales para niños refugiados.

Alfonso vive ahora con su prima y la familia de ésta en Nueva York, va al colegio e intenta aprender inglés. HIAS le está ayudando a solicitar el Estatus Especial de Inmigrante Juvenil (SIJS) en el Tribunal de Familia, donde esperamos que su prima sea nombrada su tutora legal y el juez le conceda el estatus de residente legal permanente.

La mayoría de los niños centroamericanos no acompañados que se encuentran ahora en Estados Unidos deberían tener derecho a asilo o a algún otro tipo de ayuda humanitaria para poder permanecer de forma segura y legal en Estados Unidos, pero las leyes de inmigración son complejas y el proceso es desalentador. Pocos tendrán éxito sin una representación legal cualificada. Para estos jóvenes, la ayuda de HIAS es un camino hacia la libertad que puede cambiarles la vida y proporcionarles, literalmente, toda una vida de oportunidades.

* Se han modificado el nombre del cliente y otros datos identificativos.

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