El creciente coste humano del conflicto ucraniano
Por Britanny Vanderhoof, Asesora Política de HIAS
21 de mayo de 2015
(Bill Swersey/HIAS)
Una búsqueda en Internet sobre Ucrania probablemente arrojará historias sobre movimientos de tropas, acuerdos de paz y el impacto financiero del conflicto entre Ucrania y Rusia. Pero la mayoría de las veces faltan historias sobre los civiles atrapados en medio. Como declaró recientementeel escritor de origen ucraniano Lev Golinkin, "es como si Nueva York invadiera Massachusetts y nadie hablara de la gente de Connecticut".
Un nuevo informe, publicado conjuntamente por HIAS y la Brookings Institution, se centra en la respuesta del Gobierno ucraniano a esta crisis hasta el momento, y ofrece una serie de recomendaciones clave para hacer frente a la situación tanto a corto plazo como en el futuro. Un comienzo inestable: Ukrainian Government Responses to Internally Displaced Persons, examina la respuesta del gobierno ucraniano a la crisis de los desplazados internos de acuerdo con las doce medidas clave que los gobiernos deberían adoptar cuando se enfrentan a desplazamientos internos.
El conflicto entre Rusia y Ucrania comenzó en la primavera de 2014, después de que Rusia se anexionara Crimea tras meses de protestas callejeras y la destitución del presidente Víktor Yanukóvich. Las fuerzas prorrusas tomaron entonces parte de las ciudades de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania, y el gobierno ucraniano respondió con acciones militares. Según Naciones Unidas, más de 6.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto.
También se está produciendo una creciente crisis humana, ya que los civiles huyen de sus hogares para escapar de la destrucción y la violencia y en busca de servicios gubernamentales. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informa de 1,2 millones de desplazados internos registrados en Ucrania. Sin embargo, como no todo el mundo se registra, la cifra real podría ser el doble.
El gobierno ucraniano no estaba preparado para el desplazamiento de tanta gente. El informe de HIAS/Brookings señala que, incluso un año después, la respuesta nacional ha sido "inadecuada, el gobierno no estaba preparado y la respuesta dependía en gran medida de voluntarios y organizaciones humanitarias."
En un acto celebrado el 15 de mayo en la sede de Brookings en Washington D.C., Alyona Vynogradova, analista jurídica de HIAS Ucrania y coautora del informe, describió los retos a los que se enfrentan los desplazados internos, como las malas condiciones de vida, el elevado desempleo y el acceso limitado a los servicios gubernamentales. Vynogradova afirmó que los desplazados internos también sufren discriminación, "en nuestro país existe el estigma neumático de que las personas del este son culpables del conflicto porque apoyaron a nuestro ex presidente y dieron la bienvenida a la invasión rusa". Como consecuencia, muchos ucranianos no son partidarios de ayudar a los desplazados internos. El gobierno ha hecho poco por contradecir estas creencias.
En noviembre de 2014 se aprobó una nueva ley para definir los derechos de los desplazados internos. Aunque se trata de una importante adición a la respuesta del gobierno, la nueva ley contiene lagunas en la protección y no cumple con las normas internacionales de protección. Las políticas gubernamentales han provocado un aumento de los desplazamientos, señaló Vynogradova, al cerrar la financiación a los hospitales y detener los programas de asistencia gubernamental en los territorios ocupados, dejando a la gente sin otra opción que abandonar sus hogares.
Kateryna Moroz, abogada de HIAS Ucrania y coautora del informe, destacó que, además de proteger inadecuadamente a los desplazados internos, el gobierno ucraniano no ha propuesto soluciones sustanciales a la crisis. No existen políticas para proteger los derechos de propiedad de los desplazados internos ni para ayudarles con el desempleo. Además, el gobierno no ha propuesto planes para integrar a los desplazados internos en las comunidades donde viven actualmente ni planes para ayudar a reconciliar a los distintos grupos. "La sociedad, en su conjunto, piensa que ellos (los desplazados internos) son culpables de lo que está ocurriendo", declaró Moroz a la audiencia de Brookings, "así que tenemos que crear un programa en el que... hagamos posible que los desplazados internos y los no desplazados internos se reúnan y colaboren juntos en algunas cuestiones muy importantes para Ucrania en el futuro. No tenemos una política así".
Las ONG que trabajan en Ucrania siguen presionando al gobierno para que mejore sus políticas, pero la falta de fondos dificulta los avances, como señala Moroz: "Ucrania se ha visto debilitada por el conflicto en curso, y todos los recursos posibles se destinan a comprar armas, dotar al ejército, etc.".
Ha quedado claro que Ucrania necesita ayuda financiera, así como expertos para abordar cuestiones posconflicto como la reconciliación y la atención psicosocial a los afectados por el conflicto. Moroz reiteró la necesidad de atención y ayuda internacional al gobierno ucraniano para mejorar la protección de los desplazados internos. La comunidad internacional debe garantizar que los desplazados internos están protegidos y no olvidados.