Refugiados en Sudáfrica: Lo que hay que saber 

Como democracia constitucional y líder económico regional, Sudáfrica es un país de acogida para refugiados y solicitantes de asilo. Actualmente viven en el país unos 250.000 refugiados y solicitantes de asilo, de una población total de 59 millones de habitantes.

Los refugiados y solicitantes de asilo en Sudáfrica tienen acceso a derechos legales similares a los de los ciudadanos sudafricanos. Sin embargo, muchos luchan por ejercer sus derechos en la práctica.

La xenofobia es una realidad cotidiana y una preocupación creciente para las comunidades de refugiados, al igual que el acceso a la documentación.

HIAS abrió su primera oficina en Sudáfrica en 2023, para proporcionar apoyo a las poblaciones de refugiados y solicitantes de asilo. Pero, ¿qué está ocurriendo exactamente en Sudáfrica en estos momentos con la población refugiada y los derechos de los refugiados? Siga leyendo para averiguarlo.

¿De dónde proceden los refugiados en Sudáfrica?

La población de refugiados y solicitantes de asilo de Sudáfrica, más de 250.000 personas, procede en su mayoría de otros países de la región afectados por conflictos armados, violencia étnica, hambruna y genocidio.

Muchos proceden de Burundi, un país que sufrió varios genocidios y ahora está sumido en una prolongada guerra civil. Otros proceden de la República Democrática del Congo, que también sufre décadas de violentos conflictos en los que millones de civiles se han convertido en objetivo de grupos armados no estatales (GNAE).

Otros refugiados y solicitantes de asilo en Sudáfrica proceden de lugares como Sudán del Sur, Ruanda, Somalia y Zimbabue.

Sudáfrica no tiene una política de campamentos. ¿Qué significa esto?

Un campo de refugiados es una instalación temporal construida para proporcionar servicios humanitarios esenciales y protección a quienes se ven obligados a huir. Los campos no están pensados como una solución prolongada a una crisis de desplazamiento; sin embargo, muchos refugiados pueden acabar en ellos durante varios años.

Sin embargo, Sudáfrica no tiene una política de campos de refugiados. Esto significa que la mayoría de los refugiados del país viven en centros urbanos, como Johannesburgo, Pretoria, Ciudad del Cabo y Durban. Los refugiados viven junto a los miembros de la comunidad de acogida, en lugar de aislados en un campamento.

Aunque los campos proporcionan a los refugiados acceso inmediato a servicios esenciales, también limitan los derechos y libertades de quienes viven en ellos. Por ello, los refugiados y solicitantes de asilo que viven en comunidades de acogida, como es el caso de Sudáfrica, experimentarán en teoría una mejor integración y mejores resultados a largo plazo.

¿Cómo afecta la xenofobia a los refugiados y solicitantes de asilo?

Desde mediados de la década de 1990, Sudáfrica ha sido testigo del estallido de violentos conflictos xenófobos entre las comunidades locales y los ciudadanos extranjeros, en los que han muerto muchos refugiados y solicitantes de asilo y han quedado destruidos sus hogares y negocios.

Entre 1994 y agosto de 2024, la violencia xenófoba en Sudáfrica se saldó con 679 muertes, más de 5.000 comercios saqueados y unos 128.000 desplazamientos. Esta violencia se ha producido en forma de disturbios o de ataques más pequeños y selectivos. La violencia es tan extrema que ha llegado a quemar vivos a refugiados e inmigrantes.

Esta violencia xenófoba suele estar alimentada por la percepción de que los refugiados e inmigrantes son los responsables de los altos índices de desempleo y delincuencia en Sudáfrica, una teoría que nunca se ha confirmado con pruebas estadísticas sólidas.

¿Qué protección jurídica existe para los refugiados y solicitantes de asilo?

Los refugiados y solicitantes de asilo en Sudáfrica tienen ciertos derechos protegidos por la Ley de Refugiados de 1998.

Los solicitantes de asilo en Sudáfrica tienen derecho a recibir un documento de identificación, válido durante seis meses, que les otorga los mismos derechos que a los ciudadanos sudafricanos para acceder a la sanidad, el empleo y la educación. También les protege del retorno forzoso a su país de origen (no devolución) y garantiza su entrada en Sudáfrica en caso de que abandonen el país.

Sin embargo, en la práctica, el sistema es burocrático, ineficaz y está sobrecargado. Los solicitantes de asilo suelen esperar hasta 10 años a que se resuelva su caso y deben renovar sus documentos en este periodo muchas veces. Durante este periodo de espera, los solicitantes de asilo se quedan a menudo sin protección.

Una vez que una persona recibe el estatuto de refugiado, obtiene derechos permanentes. Sin embargo, solo el 4% de los solicitantes de asilo obtienen el estatuto de refugiado en Sudáfrica.