En el 40 aniversario de la Ley de Refugiados de 1980
16 de marzo de 2020
Cumplir cuarenta años es una oportunidad para celebrar los logros conseguidos con esfuerzo y para mirar hacia el futuro.
No es diferente en el caso de la Ley de Refugiados de Estados Unidos de 1980, la legislación histórica que estableció el programa de reasentamiento de refugiados y el sistema de asilo de Estados Unidos. Hace casi 40 años, el Presidente Jimmy Carter promulgó la Ley el 17 de marzo de 1980. Es un buen momento para recordar lo que esta legislación ha significado para nuestro país, mientras que al mismo tiempo nos enfrentamos a la dura realidad de que muchas de las protecciones básicas de los refugiados codificadas en la Ley están gravemente amenazadas.
Uno de los principales logros de la Ley fue la formalización de los procesos estadounidenses de admisión de refugiados, un cambio significativo respecto a los programas ad hoc que caracterizaban anteriormente las llegadas de refugiados a Estados Unidos. También alineó la definición estadounidense de "refugiado" con la definición reconocida internacionalmente; ordenó el establecimiento de límites máximos anuales de admisión de refugiados (también conocidos como la Determinación Presidencial); y exigió consultas anuales entre el Congreso y la administración.
En la América de 2020, el reasentamiento de refugiados y el asilo se han politizado mucho y puede resultar difícil recordar una época no muy lejana en la que el apoyo bipartidista a ambos programas fuera profundo. Ese fue el caso, sin embargo, de la Ley de Refugiados de 1980, aprobada por unanimidad en el Senado y con un importante apoyo bipartidista en la Cámara de Representantes. Marcó el inicio de la incorporación por parte de las administraciones de ambos partidos de un sólido reasentamiento de refugiados en sus respuestas a las crisis humanitarias mundiales. Por ejemplo, en 1981, bajo la presidencia de Reagan, Estados Unidos admitió a 159.252 refugiados, y en 1992, la administración del presidente George H. W. Bush admitió a 131.000 refugiados.
La actual Determinación Presidencial establecida por el presidente Trump es de 18.000, un techo de admisiones que no solo es históricamente bajo, sino que puede que ni siquiera alcancemos si el ritmo de admisiones no repunta drásticamente. También es casi imposible encender las noticias sin oír hablar de un nuevo esfuerzo por disminuir el derecho legal de los solicitantes de asilo a pedir protección en Estados Unidos.
Incluso con el tremendo apoyo del Congreso a la Ley de Refugiados de 1980, su aprobación no estaba garantizada. Cuando el Presidente Carter dijo que tenía la intención de duplicar las llegadas mensuales de refugiados de Vietnam, Camboya y Laos, el 62% de los encuestados lo desaprobó. Sin embargo, la valentía política se impuso y, gracias a ella, la Ley de Refugiados de 1980 contribuyó a que Estados Unidos se convirtiera en el líder mundial en protección de refugiados durante décadas.
La Ley es un recordatorio de los cambios positivos que puede generar la legislación cuando existe un compromiso compartido de defender el valor fundacional de nuestra nación de ser un lugar de refugio, y de lo que podemos volver a ser como país cuando personas de todas las creencias y convicciones políticas se unen para "Acoger al extranjero."