Un nuevo nombre, una nueva vida
Por Sharon Samber, HIAS.org
18 de marzo de 2019
Como muchos refugiados, Ovileya Myrah ya no es quien era.
Pero Ovileya fue una vez Ovil, y ese cambio ha hecho que su viaje sea aún más arduo y su situación actual aún más inspiradora.
Nacida en Bangladesh como un niño, Ovileya supo que era mujer a una edad muy temprana. Pasó muchos años a merced de compañeros acosadores y objeto de insultos y acoso, incluso de su propia familia.
"Mi familia me hizo sentir que tengo una vida equivocada", reflexionó. "Siempre siento que no soy un ser humano normal".
Hoy, sin embargo, Ovileya vive en Mitilene, en la isla griega de Lesbos, y está reconocida oficial y legalmente como mujer. Con la ayuda de HIAS Grecia, Ovileya acaba de ganar un juicio para que se cambie su sexo en los documentos de identidad.
El cambio no sólo era importante para el bienestar mental de Ovileya; era esencial para que obtuviera el debido reconocimiento oficial de su condición de refugiada y recibiera prestaciones como tal.
"Ovileya es una auténtica refugiada y debería haber sido reconocida como tal", declaró Vassilis Kerasiotis, director nacional de HIAS Grecia.
Primero Ovileya fue reconocida como refugiada y luego acudió a los tribunales para luchar por el reconocimiento del cambio de género y de nombre. HIAS tomó el caso, dándose cuenta de lo importante que era para Ovileya y lo importante que podría ser para otros si se sentaba un precedente. El tribunal falló no solo a favor del cambio de Ovil a Ovileya, sino también del cambio de apellido, algo que ni Ovileya ni Kerasiotis esperaban.
"No estaba seguro de que el tribunal lo aceptara", dijo Kerasiotis pocos días después de la decisión. "Es una interpretación progresista de la ley". Grecia reconoció los derechos de las personas transexuales en 2017.
En la sentencia, el tribunal dice: "...puede concluirse que el sexo femenino, el nombre X y el apellido Y son para ella las características necesarias y permanentes de su personalidad, con las que es reconocida en el entorno familiar y social. La incoherencia actual entre la apariencia de la demandante y su identificación formal y documentos plantea un grave problema en su vida cotidiana y puede causar una grave confusión en sus transacciones."
HIAS ha ayudado a Ovileya a solicitar los cambios en la documentación, y está esperando un nuevo pasaporte y un permiso de residencia con su nueva identificación de género.
"Es la mejor sensación cuando puedes ayudar a la gente", afirma Kerasiotis. "Es importante. Es un caso pequeño pero con un impacto máximo".
Ovileya se siente cómoda en Mitilene y puede solicitar la nacionalidad griega dentro de tres años. Tiene un trabajo como ayudante de cocina, donde ayuda a cocinar platos tradicionales indios, como biryani y pollo korma. Siempre ha querido ser esteticista, pero encontrar trabajo le ha resultado difícil. Aunque quiere una vida mejor, reconoce lo lejos que ha llegado.
"Ahora tengo una vida normal. Debo dar las gracias a HIAS y a Vassilis", dijo. "Se lo agradezco de verdad".
Al recordar su infancia y su camino para escapar de ella, es difícil imaginar el trauma emocional que ha sufrido Ovileya. Habla en tono parejo de haber sido violada, secuestrada, de sus intentos de suicidio y de la incapacidad de estar en un lugar seguro. Como testimonio de su fortaleza y su forma de afrontar la vida, relata los hechos y luego sigue adelante con su historia.
Hoy Ovileya tiene un compañero, también refugiado, con el que conectó por Facebook y se encontró en el campo de Moria, en Lesbos. Usman es pakistaní y también escapó de una familia implacable y se abrió camino hasta Turquía y luego hasta Grecia. Cuando estuvieron juntos en el campo de refugiados, Usman protegió a Ovileya y aparentemente son pareja, y participan en el grupo de Solidaridad con los Refugiados LGBTIQ+ de Lesbos. Ya han aparecido en la prensa , e incluso un director de cine tiene previsto rodar un breve documental sobre ellos.
Con Usman y buenos amigos que son amables y la apoyan, Ovileya ha continuado su cambio, empezando su medicación hormonal hace varios meses. Parece resiliente, como siempre.
"Nunca más me esconderé", dijo.
Preguntada por su futuro, su respuesta es un poco críptica, pero también comprensible.
"Mi plan es empezar a vivir", dijo.