
En 2015, cuando Hasan* y su esposa Fátima* se graduaron en la universidad en Kabul, sintieron una enorme esperanza por su país. Hasan encontró trabajo como periodista impreso y en línea, publicando docenas de investigaciones sobre corrupción gubernamental, cuestiones medioambientales, radicalismo político y la vida de las minorías religiosas. Fátima, profesional de la comunicación, trabajó con el gobierno estadounidense. Industriales, cosmopolitas y trabajadores, se consideraban un crédito para Afganistán, una parte importante del futuro de su país.
Su apoyo es importante
Seis años después, todo cambió. Al principio, Hasan no podía creer que los talibanes, con sus largas barbas y sus extrañas ropas, volvieran al poder. Pero había poco tiempo que perder. Huyeron a Europa, viviendo primero en Polonia y luego en Alemania, y obtuvieron Visados Especiales de Inmigrante (SIV) en noviembre de 2024, tras tres años de espera. Hasan y Fátima tenían previsto volar a Estados Unidos para comenzar su nueva vida en febrero de 2025.
Un refugiado afgano lucha por rescatar a su familia frente a unas probabilidades imposibles
Seguir leyendoEntonces, el presidente Trump, en su primera semana en el cargo, firmó una orden ejecutivaque suspendía el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (USRAP). Se cancelaron todos los vuelos de reasentamiento y se suspendió el apoyo posterior a la llegada de los refugiados recién llegados. Como titulares del VIS, Hasan y Fátima tenían una opción a su disposición que otros refugiados no tenían después de que el presidente Trump cancelara sus vuelos: tenían pasaportes afganos con una hoja de visado emitida para ellos, y permiso para entrar en el país si eran capaces de llegar a un puerto de entrada. La pareja y su hijo pequeño volaron a Estados Unidos por su cuenta y llegaron sin el apoyo que el gobierno estadounidense suele proporcionar a los refugiados.
Poco después de llegar, la familia, alojada en un hotel, se encontró en una situación desalentadora: una hemorragia de dinero mientras buscaban desesperadamente una solución más permanente. Se pusieron en contacto con una filial local de HIAS, que a su vez se puso en contacto con el equipo de HIAS Welcome Circle para solicitar ayuda. Trabajando juntos, la filial encontró alojamiento temporal para Hasan y Fátima, mientras que HIAS les puso rápidamente en contacto con un círculo de voluntarios dispuestos a ayudar.
Formado por ocho miembros, el círculo se lanzó a realizar las tareas necesarias para ayudar a los afganos a ponerse en pie. Les ayudaron a encontrar un apartamento, a ir al médico y a matricular a su hijo de cuatro años en una escuela de preescolar. "Estamos muy agradecidos a nuestro círculo de patrocinadores y a HIAS", dijo Hasan.
Hasan y Fátima están entusiasmados con su vida en Estados Unidos. Ambos buscan trabajo, idealmente en periodismo y comunicaciones, y su hijo empezará la guardería en otoño.
"Lo hemos perdido todo en Afganistán", afirmó Hasan. "Perdimos 20 años de progreso. Pero ahora esperamos poder ser útiles, y beneficiosos, para Estados Unidos - y que podamos dar a nuestro hijo oportunidades que no habría tenido en su país."
*Hasan y Fátima son nombres ficticios utilizados para proteger el anonimato de los clientes.